PKEMRA

24.10.2025

Como complemento de mi columna anterior respecto del vigésimo aniversario del paso del huracán Katrina sobre Nueva Orleans (EE. UU.), ha quedado en el tintero un tema no menos importante. ¿Qué sucedió después de Katrina? Como respondió la dirigencia política no solo ante esta catástrofe, sino como se prepararía todos ante un evento similar, en vista de que, además de la infraestructura, fallaron las personas y los tomadores de decisiones.

Dijimos anteriormente que la verdadera clave está en la planificación, en la inversión sostenida en infraestructura crítica y en políticas públicas que prioricen la prevención a través de la ingeniería como herramienta social para proteger a la población. El gobierno de EEUU tomó debida nota y surgió una importante (y necesaria) reforma estructural en el manejo de desastres.

PKEMRA y la nueva la gestión de desastres en Estados Unidos

Pasado el huracán Katrina además de la magnitud de la tragedia humana, social y económica, quedaron expuestas las graves falencias en la gestión federal de emergencias. Las imágenes de Nueva Orleans inundada y las demoras en la respuesta oficial generaron una crisis institucional sin precedentes que derivó en una profunda reforma legal: el Post-Katrina Emergency Management Reform Act (PKEMRA), promulgado el 4 de octubre de 2006.

Lejos de ser una ley simbólica, PKEMRA redefinió el papel de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y consolidó un modelo más integrado de respuesta, recuperación y mitigación frente a desastres naturales y tecnológicos.

Hasta Katrina, FEMA se encontraba subordinada dentro del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), sin autonomía ni poder suficiente para coordinar acciones entre agencias. PKEMRA corrigió ese esquema: otorgó a FEMA una autoridad operativa más clara, le asignó responsabilidades directas sobre la planificación nacional y estableció la creación de Administradores Regionales para mejorar la coordinación con los estados y municipios.

La ley también modernizó los sistemas de credencialización del personal de emergencia, fortaleció el Emergency Management Assistance Compact (EMAC) que permite el intercambio de recursos entre estados a la hora de abordar operativamente una emergencia y reorganizó la estructura de mando para que la respuesta federal ante una catástrofe sea inmediata y unificada.

De la respuesta a la resiliencia

PKEMRA no solo reorganizó estructuras: también impulsó una nueva visión de la gestión integral del riesgo, incorporando la mitigación y la preparación como pilares del sistema. De allí surgieron programas más robustos como el Hazard Mitigation Grant Program (HMGP) y los fondos de Pre-Disaster Mitigation, que luego evolucionarían hacia el actual Building Resilient Infrastructure and Communities (BRIC).

Mas importante aún, incorporaron la gobernanza a este tipo de situaciones ya que los actores locales son los mejores conocedores de su realidad y necesidades. Por ello, estos instrumentos permiten financiar desde drenajes pluviales hasta defensas costeras y relocalizaciones preventivas (proyectos locales) bajo el principio de que cada dólar invertido en prevención puede ahorrar entre cuatro y seis dólares en daños futuros, según estimaciones de la Oficina Nacional de Mitigación.

A casi dos décadas de su promulgación, los efectos del PKEMRA son palpables: FEMA es hoy una agencia más técnica, con protocolos unificados y presencia territorial fortalecida. Estados Unidos mejoró su capacidad de respuesta ante huracanes, incendios y tormentas, aunque la creciente amenaza del cambio climático mantiene abierta la necesidad de nuevas inversiones.

El caso norteamericano deja una lección valiosa para América Latina: la resiliencia no se decreta, se construye. Requiere planificación a largo plazo, apoyo político y financiamiento constante. Las leyes pueden ordenar y guiar, pero sin continuidad presupuestaria y capacidad técnica, las buenas intenciones se diluyen con la próxima catástrofe natural.

Una mirada desde la ingeniería

Para el campo de la ingeniería civil y ambiental, PKEMRA marcó un antes y un después en la concepción de la infraestructura crítica. La reconstrucción de Nueva Orleans combinó obras hidráulicas de gran escala, rediseño urbano y criterios de sustentabilidad. Hoy, sus muros de contención, estaciones de bombeo y barreras móviles son referencia mundial en sistemas de protección costera.

El huracán Katrina fue, en definitiva, un punto de inflexión. De su devastación emergió una política de gestión de desastres más moderna, que convirtió el fracaso institucional en oportunidad de aprendizaje.

Y aunque ningún sistema puede garantizar la total seguridad frente a eventos naturales de magnitud, la triste experiencia vivida por Nueva Orleans demuestra, 20 años más tarde, que la preparación, la coordinación y la inversión en infraestructura resiliente son las mejores defensas frente a lo inevitable.