La desregulación de los colegios profesionales amenaza abiertamente a la seguridad pública

25.07.2025

Como ex presidente del Colegio de Ingenieros de Jujuy puedo afirmar que el proyecto de ley 1677-D-2025, presentado por la diputada nacional Marcela Pagano, que propone la desregulación de los colegios profesionales, constituye una amenaza directa al ejercicio ético, responsable y legal de la ingeniería en Argentina. Lejos de ampliar libertades profesionales, esta iniciativa pone en riesgo la seguridad pública asociada a obras, proyectos y decisiones técnicas que sostienen la vida cotidiana y la infraestructura productiva del país.

Al no pertenecer a una profesión vinculada a la seguridad pública, la diputada parece desconocer que los Colegios y Consejos de Ingenieros no son simples organismos administrativos como erróneamente los presenta en su propuesta. Igualmente, es inaceptable pensar que su existencia puede reducirse a una discusión sobre el costo de matrículas o tasas de ejercicio profesional.

Estas instituciones cumplen un rol fundamental. Su tarea de matriculación, contralor, y actuación ante casos de mala praxis protege no solo la dignidad de la profesión, sino, sobre todo, a la sociedad. Por ello, en la ingeniería (una profesión que incide directamente en la seguridad de las personas), es imprescindible contar con mecanismos de control rigurosos a través de garantizar formación adecuada para tomar decisiones enmarcadas en un código de ética profesional.

LA INGENIERIA NO ADMITE IMPROVISACION

La ingeniería no admite la improvisación. Un error técnico, una omisión o una decisión sin respaldo profesional puede derivar en consecuencias trágicas: colapsos estructurales, fallas en obras hidráulicas, daños ambientales, pérdidas humanas y materiales. Entonces, cabe preguntarse: ¿quién asumirá esa responsabilidad si se eliminan los colegios profesionales? ¿Quién verificará que quien firma un plano, dirige una obra o realiza una evaluación técnica esté realmente capaz de asumir tamaña responsabilidad? ¿Acaso esta tarea recaerá en un empleado de mesa de entradas del Ministerio de Capital Humano, o en algún funcionario político de turno, como sugiere el proyecto?

Es importante aclarar que los colegios además de controlar el ejercicio profesional, también capacitan, asesoran, fomentan la actualización técnica, promueven el debate profesional y defienden el ejercicio digno de la ingeniería frente a la precarización, el intrusismo y la improvisación. Todas estas funciones se financian exclusivamente con los aportes de los propios profesionales mediante el pago de matrículas y tasas, desmintiendo así los argumentos del proyecto que reflejan un profundo desconocimiento de su funcionamiento.

Desregular este sistema equivale a desproteger al Estado, a las empresas y, sobre todo, a la ciudadanía. La diputada, como periodista, seguramente conoce algunas de las más infames tragedias en nuestro país como Cromañón o los trenes de Once. Todas ellas tuvieron como denominador común la falta de controles técnicos y la improvisación, muchas veces alimentadas por la corrupción y la negligencia estatal. Este proyecto propone avanzar peligrosamente en esa dirección.

LAS AUTONOMIAS PROVINCIALES EN LA MIRA

En lugar de debilitar el sistema de colegios profesionales, el país necesita fortalecerlo. Estas instituciones articulan permanentemente con universidades, centros de investigación, empresas públicas y privadas, organismos legislativos y la comunidad en general. La ingeniería argentina necesita estructuras que respalden su ejercicio, lo regulen, lo jerarquicen y lo orienten al bien común. Este proyecto va en sentido opuesto.

Sin dudas, esto resulta lo más preocupante de esta iniciativa que se presenta como destinada a liberar a los ciudadanos del yugo regulatorio, pero evidencia un ansia totalitaria de quitar poderes delegados a las entidades intermedias como los Colegios y Consejos, avasallando en el camino autonomías provinciales consagradas en la Constitución Nacional.

Confío en que el sentido común, el respeto por las autonomías provinciales y la valoración de la seguridad pública prevalecerán ante la visión centralista, la improvisación y el desconocimiento. Defender a los Colegios y Consejos de Ingenieros es cuidar a la sociedad, a la calidad de vida y a la seguridad de todos.